Para una Startup o Fintech, saltar al mundo del financiamiento en el Mercado de Capitales, objetivamente,
es casi imposible. Primero porque la Fintech no genera suficiente dinero por si misma. En su mundo, solo
hay promesas y buenos deseos. En un sector donde “Money Talks” la Startup no tiene nada que decir.
Pero esa Fintech que tiene ideas frescas y a descubierto una veta comercial importante a explotar, este
Mercado de Capitales, paradójicamente, es inaccesible para ellas.
Para las pequeñas startups existen los modelos de crowndfunding o los angel investors, hasta incluso,
ayudas gubernamentales, pero para las startups medianas y grandes, casi no hay salidas, o son
compradas, se fusionan o intentan salir al mercado por medio de una IPO.
La recaudación de dinero para una SPAC es un procedimiento simple, porque no hay negocio que
revisar o evaluar; es una “IPO por nada”, se confía realmente en el promotor de la SPAC y su posibilidad
de hacer negocios. Por ejemplo, decirte que tienes la posibilidad de comprar a $10 USD la acción de un
“unicornio”, no suena nada mal; la estadística nos dice que, después de la fusión de una SPAC con una
startup, su acción puede llegar a valer 3 ó 4 veces más. Entonces parece que este es un buen negocio.